Qué sucederá con los demás locales
La empresa BodyCare, una conocida franquicia británica de productos de belleza y cuidado personal, acaba de dar un duro golpe al mercado. Fundada en 1970, la compañía se declaró en quiebra tras enfrentarse a una complicada crisis financiera, lo que llevó al cierre de 32 de sus 147 sucursales en Inglaterra. Un verdadero mal trago para un negocio que tuvo medio siglo de trayectoria.
El anuncio vino de la mano de un cierre automático de su página web, que ahora solo ofrece un mensaje de disculpas a sus clientes. Esta situación impacta a más de mil empleados que formaban parte de la plantilla.
La quiebra de BodyCare resalta la difícil realidad que viven muchos comercios tradicionales. Con la subida de costes y una disminución en el gasto de los consumidores, la situación se torna bastante complicada. Las sucursales que ya fueron cerradas incluyen localidades como Wrexham, Beverley, Morecambe y Yorkshire. El director general, Nick Holloway, de la firma asesora Interpath Advisory, mencionó que son tiempos muy difíciles para el retail.
BodyCare: medio siglo en el mercado
Después de 50 años entre potentes competidores, BodyCare no logró adaptarse a las nuevas preferencias de los consumidores, quienes se inclinan cada vez más hacia las compras online. Además, el aumento en los precios de los alquileres e insumos solo complicó más las cosas. Aunque intentaron revivir las ventas ampliando su oferta con productos de uso diario como detergentes, perfumes y uñas postizas, no tuvieron suerte.
El impacto fue feroz, especialmente para los 450 empleados despedidos de manera repentina. Los que aún están en sucursales activas viven con la incertidumbre de si seguirán en sus puestos o si se avecinan más despidos a medida que se cierren tiendas.
Quiebra de BodyCare: qué pasará con las sucursales
Con el inminente cierre de las 32 sucursales, la compañía está bajo la administración de Interpath Advisory. Se espera que las 115 sucursales restantes operen por un tiempo más, posiblemente con liquidaciones y descuentos mientras buscan alternativas para revertir la situación, incluso la posibilidad de encontrar un comprador.
La realidad es que el mercado se está transformando. No solo en Inglaterra, sino que globalmente, muchos negocios deben adaptarse a este nuevo panorama.